Este 19 de agosto se celebra el Día Mundial de la Fotografía, y en la música electrónica, eso significa algo importante: es momento de reconocer a las personas que están detrás del lente documentando todo lo que vivimos en los festivales, clubs y raves. Sin fotógrafos, muchas memorias simplemente no existirían.
La imagen también construye cultura
Desde los flyers hasta los aftermovies, la fotografía en la música electrónica ha sido clave para definir estilos, promover eventos y expandir escenas underground. Cada festival tiene una estética única, y esa imagen visual no sería posible sin los fotógrafos que han estado desde las primeras raves warehouse hasta los stages de Tomorrowland o EDC.
En palabras del fotógrafo danés Flemming Bo Jensen:
“El propósito del fotógrafo musical es capturar el momento, la esencia de la banda —no simplemente un grupo de personas en un escenario.”
Si no se ve, no se comparte (ni se recuerda)
Hoy vivimos en un mundo donde lo visual manda. La fotografía no es un complemento de la escena electrónica, es una parte fundamental. Nos conecta, nos inspira y muchas veces nos invita a ir a un evento. Así que la próxima vez que veas a alguien con cámara entre la gente, respétalo. Muchos trabajan sin dormir para que al día siguiente veas una foto tuya bailando en Instagram o un retrato que capta mejor que nada la energía de esa noche.