Una tormenta de polvo devastadora se desató sobre Burning Man 2025 en el desierto de Black Rock, Nevada. Vientos huracanados de hasta 80 km/h (más de 50 mph) formaron una “muralla de polvo” que redujo la visibilidad a casi cero. Aun así, la comunidad de Burners respondió con asombrosa fortaleza.
Caos, daños y cortes operativos
La furia del clima obligó a cerrar temporalmente los accesos a Black Rock City y su aeropuerto improvisado, paralizando la entrada y salida de vehículos y aeronaves hacia el festival. La visibilidad era tan mala que la organización suspendió operaciones por varias horas.
Vehículos y campamentos fueron directamente desmantelados por el viento.

Afortunadamente, no se reportaron heridos graves.

Vigilancia y precaución
Después del desastre, los accesos lentamente se reabrieron, aunque se registraron esperas de 6 a 8 horas para entrar al festival gracias al barro y condiciones inestables.
Las autoridades meteorológicas siguen alertando sobre la posibilidad de lluvias, tormentas eléctricas y riesgo de inundaciones, lo que mantiene en vilo tanto a organizadores como a asistentes del evento.
