Hace más de 15 años, en marzo de 2010, Boiler Room empezó como un proyecto humilde en el este de Londres. Blaise Bellville, cofundador, halló un cuarto de calderas en un almacén, instaló una webcam barata en la pared, puso un par de CDJs, y reunió a DJs locales con 10‑30 personas físicas. Lo demás ocurrió por curiosidad del internet: mucha gente mirando desde sus casas. Esa idea, simple pero poderosa, se volvió un formato nuevo: música real, sin filtros, siendo testigo de algo que no parecía ni remotamente un negocio.

De hobby a plataforma global con identidad
Apenas unos meses, y aquello que empezó como hobby, empezó a notarse. Las primeras transmisiones eran con herramientas gratuitas como Ustream, la cámara fija, ambientación áspera, sin lujos, pero con autenticidad.
Con el paso del tiempo, Boiler Room creció: expandió su formato a Berlín, después a Los Ángeles, São Paulo y muchas más ciudades. Ya no solo se veía lo local: se sintía lo global, pero manteniendo ese ADN underground que atrae tanto.
Datos frescos: Boiler Room hoy en 2025
- Boiler Room ha organizado más de 8,000 performances en más de 200 ciudades alrededor del mundo.
- En 2024 reportaba transmisiones en 120 mercados y más de mil millones de views online acumuladas.
¿Por qué el origen importa ahora más que nunca?
Porque ver de dónde vienes da perspectiva. Que Boiler Room no haya empezado como producción gigante, sino como una webcam en un cuarto, le da peso al hecho de que lo auténtico sigue atrayendo. Hoy, cuando tantas plataformas parecen iguales, historias como ésta son las que generan lealtad, emoción y conexión real con quienes aman la música.
Si estás comenzando como DJ, productor o amante del underground, saber esto te da permiso para crear con lo que tengas. Boiler Room lo hizo con poco, con ganas y honestidad.