Cuando se detectó el objeto 3I/ATLAS el 1 de julio de 2025 por el telescopio ATLAS en Chile, la comunidad científica lo clasificó como un cometa interestelar: el tercero confirmado que ingresa a nuestro sistema solar desde fuera.
Pero eso no frenó las especulaciones. El profesor Avi Loeb, de Harvard, sugirió que su comportamiento inusual —como la ausencia de cola evidente o ciertas características lumínicas— podría apuntar a que 3I/ATLAS fuese alguna clase de tecnología alienígena.
NASA y otros científicos respondieron rápido: el cometa está actuando como tal, y no hay evidencia creíble de que sea objeto artificial.

🔭 ¿Qué dice la NASA del cometa 3I/ATLAS?
Según la agencia espacial:
- 3I/ATLAS sigue una trayectoria hiperbólica, lo que indica que no está atado al Sol como los cometas normales.
- Se espera que su punto más cercano al Sol sea alrededor del 30 de octubre de 2025 a ~1.4 unidades astronómicas.
- No representa riesgo para la Tierra: su aproximación más cercana será de unos 1.8 unidades astronómicas, lo que equivale a ~270 millones de kilómetros.
- Telescopios como Hubble, James Webb y organismos como SPHEREx ya lo están estudiando para determinar su composición, tamaño y comportamiento.
- Recientemente observaciones muestran que el cometa está “creciendo una cola”, lo que refuerza su carácter natural.

🧪 Por qué la idea “alienígena” fue descartada
Aunque Avi Loeb planteó la hipótesis de que 3I/ATLAS podría ser una nave alienígena o un objeto con tecnología avanzada, la mayoría de los expertos en astronomía la rechazan, basándose en datos que coinciden mejor con un cometa natural.
Loeb ha señalado que la ausencia de una cola tradicional y ciertos patrones lumínicos podrían indicar algo inusual, pero él mismo admite que la explicación más probable es que sea un cometa natural.

🌌 Qué nos enseña 3I/ATLAS sobre el cosmos
Aunque no sea alienígena, el cometa 3I/ATLAS es extraordinario por varias razones:
Al observarlo y compararlo con cometas interestelares anteriores como ‘Oumuamua y Borisov, los científicos esperan entender mejor cómo se forman sistemas estelares y qué materiales circulan entre ellos.
Su paso proporciona una rara oportunidad para estudiar materia proveniente de otras estrellas.
